En la Roma de los Césares el procurator (cognitor) se encargaba de llevar a los ciudadanos (dóminus), que reclamaban justicia por algún asunto, ante el Imperator de turno para que este decidiera sobre alguna cuestión litigiosa. Posteriormente, ante la complicación y profusión de las leyes, los procurator consultaban previamente las controversias con personas estudiosas …